Saludos querido, soy tu Hermano de Luz. Y, como siempre, te saludo desde el lugar que es tu verdadero hogar.
Quizás en un primer momento, puedas percibirme como a alguien extraño o desconocido.
Quizás de entrada pienses que esto que estás leyendo solo son palabras escritas por otra persona y ya está.
No es así.
Soy tu hermano, con todo lo que esto significa. Y estoy usando un mensajero para llegar a ti.
Piensa un momento en los seres más queridos que tienes en este planeta. Piensa en lo que sientes por ellos y lo que significan para ti. Piensa en la conexión que hay entre vosotros.
Esto es lo que hay entre tú y yo.
La única diferencia es que no lo recuerdas.
Este es el gran reto de la Tierra, y lo que lo hace un lugar tan especial y poderoso.
Es un lugar donde los ángeles olvidan que son ángeles. Es un lugar donde la familia olvida que es familia.
Pero olvidar algo no significa que desaparezca.
Que hayas olvidado que eres un ángel no hace que dejes de serlo.
Que hayas olvidado que tú y yo somos hijos de la misma luz, no hace que dejemos de serlo.
Somos hermanos.
Hemos jugado y reído infinidad de veces.
Hemos compartido los momentos más hermosos juntos.
Hasta que decidiste emprender esta aventura.
Te invitamos a abrir tu corazón a esto que te estamos diciendo.
Sabemos que no te vendrán todas las imágenes de golpe, ¿pero puedes intentar recordar un poco?
No intentes intelectualizarlo. Simplemente siéntelo.
¿Puedes sentir que hubo un tiempo en el que no estabas aquí?
¿Puedes sentir que en ese momento eras pura Luz?
¿Puedes sentir que éramos muchos los que estaban contigo?
Pues en el fondo, nada ha cambiado.
Sigues siendo pura luz.
Y seguimos estando a tu lado.
El castigo es un invento de la experiencia humana. Es algo que ha surgido en este planeta
(y en otros) fruto de las características de esta aventura. Pero no existe fuera de este plano.
Cuando os miramos, vemos a seres perfectos viviendo un reto.
A veces, hacéis cosas que no son plenamente amorosas
(y esto incluye esas cosas que para vosotros son “terribles”).
Pero sabemos perfectamente que no las hacéis porque seáis “malos”,
sino por las características de la vida en la Tierra.
Nosotros solo vemos luz en vosotros.
Es lo que os decimos siempre al principio de cada mensaje.
Sois lo mismo que nosotros. Exactamente lo mismo. Simplemente estáis viviendo un reto en un lugar complejo.
Y nunca se nos ocurriría castigaros por ello.
Al contrario: os admiramos profundamente, y somos totalmente conscientes del valor de lo que hacéis.
Así que no tengas miedo.
Si te sientes culpable por algo, deja de darle vueltas.
No pierdas ni un segundo más de tu vida preocupado por si Alguien te va a castigar.
No lo haremos.
Eres nuestro hermano.
Y estaremos siempre a tu lado.
Hagas lo que hagas.
Tu hermano de Luz.
